La « nueva educación » tiene el objetivo de contribuir a la emancipación de individuos a lo largo de la vida, asegurando una formación ciudadana de calidad, con el claro propósito de promover ciudadanía democrática. La transformación de prácticas educativas permite la emergencia de nuevas relaciones entre los individuos y favorecen la consolidación de la sociedad civil. Concebir la nueva educación solo puede hacerse en una perspectiva internacional, en la cual el humanismo ocupe un lugar central de nuestro proyecto político. La nueva educación valora la libertad de iniciativa, de creación, de expresión, asignándole particular importancia a la afectividad en la construcción de la personalidad de los individuos, insertos en su medio de vida. Nuestro abordaje de lo educativo se hace a través de la creación de situaciones donde cada uno: niño, adolescentes, adulto, puedan ser cada vez más conscientes del entorno que lo rodea, apropiándose del mismo, haciéndolo evolucionar, modificándolo dentro de una perspectiva de progreso individual y social. La nueva educación tal cual nosotros la entendemos actúa en el sentido de la transformación de la sociedad. Procura gravitar en la forja de relaciones de fuerzas y poder, en las formas de organización social y política, valorizando el ejercicio de la libertad individual.