Principios filosóficos de donde se toma las referencias de la Ficeméa

« Ninguna persona educa a su prójimo, ninguna persona se educa sola, los hombres de educan juntos, con el mundo como intermediario »

Paolo Freire, Pedagogía de los oprimidos.

Introducción

La Ficemea es un movimiento constituido de militantes que participan en asociaciones educativas, culturales y sociales. Ellas obran en sus terrenos respectivos con la ayuda de actores comprometidos. Las asociaciones miembros organizan y realizan acciones educativas en referencia a los principios de la Nueva Educación en dirección de un público diverso y en diferentes campos de acción. Los miembros de la Ficemea participan al desarrollo y a la defensa de conquistas sociales.

Los fundamentos filosóficos de la Nueva Educación han sido pensados en contextos políticos e históricos muy diferentes. Los pensadores y actores pedagógicos emanados de diversos países, y con realidades muy diferentes han permitido de inscribirla de hecho en una dimensión universal. A través de los principios que ella defiende, la Nueva Educación, trasciende los contextos, las realidades de las sociedades, las clases sociales, las pertenencias nacionales.

Pensar la Educación Nueva no puede hacerse de otra forma que dentro de una perspectiva internacional que pone el humanismo en el corazón de nuestro proyecto político. La Nueva Educación valoriza la libertad de iniciativa, de creatividad, de expresión, la importancia de la afectividad, la construcción de la personalidad del individuo mismo, en su relación con los otros y en su medio ambiente de vida.

Nuestro enfoque educativo crea situaciones donde cada uno, niño, adolescente, adulto, puede ser más consciente del mundo que lo rodea, apropiárselo, hacerlo evolucionar, modificarlo dentro de una perspectiva de progreso individual, colectivo y social

La Nueva Educación , tal que la pensamos y la vivimos, participa de la transformación de la sociedad, influenciando las relaciones de fuerza y de poder, las formas de organización, la libertad individual por más de igualdad, para devolver el poder al pueblo, a todos, a cada uno (a).

La Educación Nueva en la cual la ambición, el proyecto filosófico es de dar a cada uno (a) los medios de su emancipación que no puede ser captada en una forma o en una visión política.

La emancipación se comprende para cada individuo en su proyecto de vida, pero queda indisociable de una lógica de emancipación colectiva, de una lógica de transformación social hasta obtener más de igualdad.

Reservar esta lógica a un solo acercamiento pedagógico no puede solamente satisfacer los partidarios de una educación más “tradicional” en sus objetivos. De naturaleza “subversiva”, en ese sentido que ella tiende a transformar la sociedad hacia una sociedad más igualitaria y más justa. La base en la cual puede desarrollarse la Nueva Educación, está alimentada de conceptos de libertad y de concepciones políticas que derivan del concepto de laicidad comprendiendo aquel enriquecido por nuestras propias reflexiones. Ellas son las garantías de la apertura al otro, del respeto del pluralismo de las ideas y de la tolerancia.

II- Cuatro pilares fundamentales en la Educación Nueva

El medio ambiente es el fundador de la persona, la experiencia y la actividad proceden de la apropiación de su historia personal y pública. La toma en cuenta de esas experiencias en su trayectoria individual y colectiva, permite la construcción de un sujeto obrando y capaz de obrar sobre el mundo que lo rodea.

El medio ambiente

Nosotros nos apoyamos sobre las reflexiones de Henri Wallon en su concepción abierta del medio: social, biológico, ideológico. Este medio ambiente juega un rol preponderante en educación y da la posibilidad a la persona y/o al grupo, de apropiarse y transformar su medio ambiente.

Ser actor del y dentro del medio debe ser una regla, cualquiera sea la situación, “afuera de su territorio” debe ser erradicada.

Solo un conocimiento profundo de su medio ambiente de vida puede llevar al ser humano a realizarse individualmente y colectivamente. El marco material debe dar ganas y la posibilidad de obrar.

El medio ambiente de vida se construye por la historia, con el territorio geográfico, social en el cual la persona obra como actor de un proyecto y capaz de ejercer su poder. El hombre está situado en una constante dinámica con los otros actores comprometidos en el desempeño de formas de poderes diferentes (político, institucional, social, cultural, económico, jurídico, …). La

participación real y efectiva de los diferentes actores permite la co- construcción del sentido para el individuo y la comunidad en el cual el objetivo es la inclusión, la autonomía y la construcción de las nociones de lo privado y de lo público.

El lugar de la persona

La persona está considerada en tanto que portadora de una historia, de un recorrido, de necesidades, de deseos y capaz de elegir. Todo ser humano puede tener el deseo y la posibilidad de progresar según su itinerario personal con el apoyo de los otros. No hay verdadero saber sin construcción personal de sí mismo y, entonces, de su propio saber.

El reconocimiento de la persona, o del individuo, la consideración y el respeto llevados a la responsabilidad personal (que no debe confundirse con un acercamiento individual) son esenciales. Las nociones de elección, de proyecto, que nosotros llevamos a cargo, no deben ser abstraídas de la noción de libertad que igualmente ha alimentado la Nueva Educación.

Es un principio de base para la Nueva Educación, es un principio fundador. Hoy en día, conviene para la Ficemea, de alimentarlo con los trabajos sobre la aceptación del otro, la alteridad, bajo la benevolencia, bajo el buen tratamiento, ya sean de orden social, cultural o filosófico. Nos conviene mucho de re- apoderarnos de la noción de confianza, que participa en la benevolencia y la enriquece.

El aspecto colectivo

La vida colectiva está considerada como un instrumento de desarrollo personal, factor de emancipación. La Nueva Educación reposa sobre esta dialéctica entre el individuo y el colectivo, el singular y el plural.

Nosotros estamos bien en un cuadro colectivo que emancipa, que permite a cada uno-a y a todos de hacer evolucionar una realidad a transformar en continuo hacía más de libertad, sin que, por tanto, sea una palabra en vano. Las elecciones individuales deben alimentar al colectivo sin que sean manipuladas o laminadas.

Detrás de estas nociones se dibuja la pregunta del lugar social de los individuos en el seno de los grupos sociales a los cuales ellos pertenecen a lugares ocupados, asignados, concedidos, conquistados en el seno de la sociedad.

La actividad

La actividad, la experimentación son fundamentales en todo proyecto educativo. La actividad es esencial para la formación personal y la adquisición de la cultura como experiencia de transformación de la realidad.

La actividad debe irrigar el conjunto de nuestras prácticas, cualquiera sea el tema, el terreno y los desafíos. Pero la actividad debe mantener, amplificar eso mismo que la ha fundado, él y los proyectos de la persona dinamizando y nutriéndose de un grupo ; ella se inscribe dentro de una pedagogía del invento, de la experimentación, de la búsqueda experimental, del contacto con lo real.

Hoy en día, la actividad lleva desafíos aun más profundos que se aproximan a la construcción de la persona y a las repercusiones que esto puede tener en la fuerza de transformación de los grupos. Hay como una urgencia a rehabilitar el “hacer”, a dar simbólicamente manos a los niños y a los jóvenes para que ellos puedan entrar en el conocimiento fabricándolo.

III- Los métodos de la educación activa

La formación ocupa un lugar central en la difusión de métodos de educación activa. La competencia del formador no se resume a la transmisión pero reside en su capacidad de dejarse sorprender por lo inédito. Inédito a partir del cual puede intentar de manejar y de construir con los participantes un universo con un nuevo sentido.

Nuestra ambición formadora es acompañar la reflexión de los actores sociales en su sensibilidad al mundo, lejos de los estereotipos y de desarrollar prácticas educativas que no están esclerosadas. Practicas a reinventar, a preguntarse todo el tiempo y más allá de las rutinas y de las buenas practicas, dentro de una libertad de sorprender y de ser sorprendido.

La formación es un proceso de transformación en su relación con el mundo. Las personas son guiadas a apropiarse las referencias culturales, a cuestionarlas y a reinventar otras nuevas. Este proceso es idéntico al vivido en las trayectorias migratorias. La relación formativa debe poder asegurar la transición entre esos estados. Toda formación es entonces un espacio intercultural.

La educación activa es el proceso que permite a cada persona construirse dentro de su comportamiento, de desarrollar sus competencias y de enriquecer sus conocimientos. Este proceso es continuo y permanente: es de tos los instantes y se hace durante toda la vida. La educación se hace fundamentalmente por la experiencia personal vivida en el seno de un patrimonio colectivo en constante evolución (medio de vida, familia, sociedad, el mundo).

Según nuestra concepción, la finalidad de la educación debe ser la formación de un ciudadano emancipado, solidario, responsable y crítico:

  • Ciudadano emancipado, es decir, capaz de analizar los estereotipes y de pensar por si mismo para obrar en su medio ambiente y de valorizar las potencialidades.
  • Ciudadano responsable, crítico y solidario, es decir capaz de hacer evolucionar la sociedad en la cual vive, teniendo en cuenta sus aspiraciones y sus valores en una perspectiva de progreso social.

Esta concepción rechaza la instrumentalización de la educación con el objetivo de :

  • Formatear los agentes de producción económica, cultural o política conformes a las necesidades de un sistema,
  • Estandarizar los comportamientos de los consumidores necesarios a la economía de mercado o de cualquier otro modelo político que tendría los mismos objetivos.

 

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